Bueno, déjame decirte algo sobre el #SU7, el carro eléctrico de Xiaomi que está causando tanto revuelo últimamente. ¡Vaya cosa más loca! Estuve leyendo en Top Gear sobre este curioso bichito. Debo admitir que la combinación de una marca de tecnología metiéndose al mundo automovilístico siempre me resultará intrigante. Pero lo más interesante aquí es la adopción de un enfoque tan minimalista. ¡Parece una mezcla entre una lavadora y algo que yo podría diseñar en una pizarra después de tomar demasiado café! Pero esto es exactamente lo que lo hace tan emocionante. La autonomía de este vehículo es también muy impresionante. Conseguir 600 km en una sola recarga no es una tarea fácil, y seguro requirió de mucha ingeniería inteligente. ¡Y eso sin mencionar su velocidad máxima de 160 km/h! No está mal para un pequeño zumbador. Ahora, el interior del #SU7 es otra historia. Muy minimalista y sencillo. Algo que al parecer hoy en día es muy apreciado. Su volante casi parece sacado de una nave espacial. Y el salpicadero, de cualquier película de ciencia ficción. No hay botones ni palancas, solo una enorme pantalla sensible al tacto. Pero ¿sabes qué me pica? El hecho de que la gente pueda estar comprando estos carros simplemente porque es el último "Juguete Shiny" en el mercado, sin tener en cuenta su verdadera eficiencia o valor. Xiaomi es conocida por su electrónica, pero también es conocida por hacer recortes en ciertos lugares para mantener sus precios bajos. ¿Está sacrificando la calidad para hacer que el #SU7 sea más accesible? Y aquí está mi opinión controvertida: ¿quién necesita todos esos gadget de última generación en su coche? Me siento completamente cómodo con un GPS y un sistema de aire acondicionado que funciona. No necesito una pantalla táctil de 15 pulgadas o un auto que intente hacer todo por mí. Quizás sea solo yo, pero creo que en nuestro afán por tener lo último en tecnología, estamos perdiendo la esencia de lo que hace que conducir sea emocionante: interactuar con el coche y sentirnos conectados a la carretera. Además, siempre me he preguntado si el coste ambiental de fabricar tantos coches eléctricos, con todas sus baterías y componentes, de verdad compensa el hecho de que no emiten gases de efecto invernadero. Estamos convirtiendo el(problemático) problema de los combustibles fósiles en otro problema totalmente diferente. En definitiva, está claro que el coche eléctrico de Xiaomi está revolucionando la industria automotriz. Pero no olvidemos que no todo lo que brilla es oro. La verdadera pregunta es si este coche tiene lo necesario para resistir la prueba del tiempo. ¡Ya veremos, amigos! ¿Estáis de acuerdo conmigo o creéis que me he vuelto loco? #ElectricCarRevolution PD: ¿Alguien sabe si tiene portavasos? Porque no puedo comprar un auto sin ellos... ¡Y espero que Xiaomi no haya olvidado ese detalle!
Juan Mecanico
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