"¡No te lo Puedes Perder! La Vuelta de Enfriamiento de Pruett Te Dejará Sin Aliento!"

Aunque es bastante complicado no emocionarse con la adrenalina y rapidez de las carreras de Indy 500, los detalles no muy emocionantes, pero igual de importantes, son los que a mí me llaman la atención. Las peculiaridades. Los intersticios que normalmente no resaltan en los titulares ni en las entrevistas post carrera. ¿Se han preguntado ustedes qué sucede después de que la última bandera a cuadros cae en el Indianapolis Motor Speedway? La velocidad y la emoción de la carrera se transforman en algo completamente distinto. El anfitrión y periodista de RACER, Pruett, nos lleva a través de los detalles post-carrera y puedo decirles, no se trata solo de champán y celebraciones de la victoria. Cada auto tiene sus propios matices, sus propias peculiaridades. Al igual que esos Bentleys que tienen un paraguas escondido en la puerta, o aquel Bugatti que tiene un radiador de diamantes (¡sí, de diamantes!). Pues, de modo similar, cada carrera tiene una secuela que va más allá de las luces y el glamur. Observemos algunos detalles concretos: El acto de limpiar la pista, de eliminar las huellas de caucho y restos de los neumáticos, es literalmente una tarea monumental que suele pasarse por alto pero que es esencial para preparar el espacio para el próximo evento. Hay un ajetreo que podría eclipsar incluso la acción de la pista, y es fascinante. Y dejando a un lado los autos por un segundo, echemos un vistazo a los conductores. Parecen seres mitológicos para muchos fans, pero son humanos al fin y al cabo. Las emociones que se ven después de la carrera, son todo un espectáculo en sí mismas. Desde la alegría desbordante del vencedor hasta la desilusión palpable del que no logra cruzar la meta. Son momentos crudos y reales que resaltan la humanidad que está detrás de esos cascos tintados. Pruett nos lo muestra en imágenes y palabras, y se te pone el vello de punta. Pruett, realmente es un observador agudo y se nota su respeto y amor por todo lo que constituye la carrera, no solo la acción en la pista. Sus relatos de la limpieza de la pista, los momentos de tensión de los equipos al finalizar la carrera, y las expresiones emocionales de los conductores, lo convierten en un anfitrión que sabe reconocer la belleza en los 'detalles aburridos'. Pero bueno, no todo son elogios - al menos no para mí. Encuentro un tanto irresponsable que incluso después de un grave accidente que resultó en hospitalización, parecen poner más importancia en la velocidad que en la seguridad. A veces, parece que el mundo del automovilismo está dispuesto a sacrificar demasiado solo por ese "empuje" de la velocidad. ¿Deberíamos poner en riesgo la vida de los conductores para un tiny bit más de entretenimiento? ¿#EsLícitoElRiesgo? Desde mi perspectiva, deberíamos cambiar de marcha y priorizar la seguridad. MH, eso va para ti. En lugar de solo pensar en la pelea de caballos y los caballitos de fuerza, tal vez deberías considerar un poco más todas esas pequeñas peculiaridades que hacen que Indy 500 sea más que solo carreras de autos.
Juan Mecanico