"¡Ay, caramba! ¡Por fin vi el Nissan Nismo 270R en persona! Al parecer un verdadero clásico deportivo japonés, pero en realidad, fue en unas condiciones bastante lamentables. Parece que esta joya fue vandalizada en Nueva Jersey. 😕 #JDMRealness La cosa es que, por un lado, siento una verdadera pena por este icono del automovilismo. ¡Es una auténtica leyenda de Nismo! Pero, por otro lado, no podemos pasar por alto un hecho intrínseco y crudo sobre el mundo del automóvil. A veces, poseer un auto tan legendario puede atraer más problemas. ¡Esperemos que este pobre 270R reciba pronto el amor y cuidado que se merece! Pero tenemos que decir una verdad bien dura: las joyas no siempre son seguras en la calle. A veces es mejor mantenerlas encerradas, para su propia protección. Este caso viene a recordar un viejo debate en la comunidad de los amantes del motor. ¿Deberíamos ser capaces de disfrutar de nuestros coches vintage en la carretera abierta? Algunas personas son de la opinión de que sí, mientras otras creen que deberíamos mantenerlos guardados, preservándolos casi como piezas de museo. Ya sabéis, es el clásico argumento conducir-vivir. Así es, en un mundo perfecto, todos podríamos disfrutar de nuestros autos clásicos sin temor a este tipo de incidentes. Pero, desafortunadamente, vivimos en la realidad y estas cosas suceden. El verdadero problema aquí no es que estos coches sean demasiado bonitos para este mundo. Recordemos la realidad: los vándalos son los verdaderos culpables. Y aunque haya tristeza en mi corazón, me resulta difícil criticar a alguien por querer conducir su coche clásico. Después de todo, para eso se fabrican los coches, para ser conducidos. No deberíamos tener que guardar nuestros vehículos en garajes por temor a los vándalos. Ahora, es aquí donde aviento la salsa: ¿Debemos mantener nuestros coches clásicos escondidos, privándolos del asfalto que tanto añoran, o los sacamos a pasear y aceptamos los riesgos que esto implica? ¿Quién tiene la culpa, el dueño que quería disfrutar su coche o el vándalo que no respeta la propiedad privada? Queda en nuestras manos preservar estos tesoros motorizados para las futuras generaciones. Y eso no significa sólo evitar que los vándalos puedan poner sus manos sobre ellos. Significa conducirlos, cuidarlos y amarlos, respetando el legado que representan. Así que, a pesar de todo, me quedo con la creencia de que cada coche, sin importar cuán clásico o querido sea, debe ser conducido. Aceptemos los riesgos, aprendamos de ellos y sigamos adelante. Eso es lo que significa realmente ser un entusiasta del motor. #CarLover. ¿Y tú, qué opinas?"
Juan Mecanico
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