"Este hombre es obligado a esconder su bote, ¡Lo que hace luego te dejará sin aliento!"

Hoy, voy a hablar de esta historia increíble que encontré en Jalopnik sobre un hombre en Florida y su barco. ¡Oh sí, y no se trata de un barco promedio! Es un "Yenko Super Camaro" del 69, un verdadero unicornio del mundo automovilístico, oculto detrás de una valla en el jardín de su casa. Por lo que parece, tiene prohibido almacenarlo en su camino de entrada. Por alguna razón, me parece el tipo de escenario que solo podría pasar en Florida. Así que, en lugar de adaptarse a lo normal, este tipo hizo lo inesperado y decidió construir un garaje gigante… y lo disfrazó de una simple valla de madera. ¡Habla de creatividad! El propietario del Super Camaro, que permanece anónimo, tuvo que navegar por un mar de burocracia para lograr construir esta maravilla. Incluso tuvo que demostrar ante una junta de revisión de diseño que la estructura no bloquearía la luz del sol de sus vecinos. ¿No te parece increíble la longitud que algunos entusiastas del motor llegarán para proteger sus preciados autos o, en este caso, un Super Camaro? Lo que me fascina es que este anónimo propietario ha logrado mantener en secreto una de las joyas más raras del mundo automotor, gracias a su ingeniosa habilidad para burlar el sistema. Pero, y esto es aún más interesante, guardó su secreto tan bien que ni sus vecinos tenían idea de lo que ocultaba la 'valla'. Justo hasta que Jalopnik lo reveló, claro está. Además, no se trata de cualquier Yenko Super Camaro – es uno de los 200 fabricados, convirtiéndolo en un verdadero hallazgo, algo que cualquier aficionado al motor estaría increíblemente emocionado de descubrir. Y no quiero ni pensar en el valor de este coche si llegara al mercado. Me ha sorprendido la engañosa simplicidad de la fachada de madera de su 'garaje'. Es bastante impresionante, porque tiene que ser suficientemente fuerte para proteger a la valiosa máquina en todas las condiciones climáticas. Estoy seguro de que hubo algunos ajustes peculiares y detalles interesantes que no se mencionaron en este artículo, pero de los que me encantaría enterarme. En general, es una historia verdaderamente notable. Admirable cómo este hombre no permitió que las limitaciones municipales arruinaran su amor por los autos clásicos. Y aunque puede que algunos lo vean como una extravagancia, para mí, es una prueba de la pasión y el amor que pueden generar estos vehículos. En este contexto, #AmoLosCoches parece apropiado usar aquí. Usarlos no solo como un simple medio de transporte, sino también como una extensión de nuestra personalidad, un reflejo de nuestras pasiones. Para aquellos de ustedes que puedan tener un enfriamiento automático escondido en sus patios traseros, quién sabe, puede que pruebe ser un gran consejo.
Juan Mecanico